Una santa imagen para una Santa Cruz


Triana, el Arenal, los Remedios, San Bernardo... Muchos son los barrios de Sevilla, pero hay uno en especial que guarda un toque de pasión, un toque de sevillanía y de magia, y que muestra lo que es esta ciudad, hablo del barrio de Santa Cruz, ubicado a los pies de la Catedral. Un barrio que esconde muchas tradiciones de Sevilla, y en el que no es difícil perderse entre sus plazas, fuentes y calles angostas, y como no podía ser de otra manera, un barrio que también vive la Semana Santa, y en el que se ubica una hermandad que para todos es especial, y que posee el privilegio de representar a este barrio en la semana grande. Hablamos de la hermandad de Santa Cruz, ubicada a los pies de la Catedral, y que tiene como titulares al Stmo Cristo de las Misericordias y a Ntra Sra de los Dolores, imágenes que podemos ver durante la tarde de Martes Santo, pero hoy nos centraremos en especial en la figura del Cristo, de gran belleza y expresión, características que desde aquí os queremos transmitir.


El Stmo Cristo de las Misericordias está atribuido al círculo de Pedro Roldán, en torno al siglo XVII. Es un cristo vivo que se encuentra en los momentos previos a su muerte, intentando hablar con su padre para suplicarle. Realizado en madera de ciprés policromada y de una altura en torno al 1'75. La imagen cuenta con ojos de cristal y dientes de marfil. Vemos que el rostro tiene una gran belleza y sencillez, además muestra una humildad absoluta, acompañada de esa mirada perdida al cielo que busca el amparo y consuelo de su padre. Es un rostro que pese a su sencillez, expresa muchas emociones, sin necesidad de potencias doradas ni corona de espinas, a esta imagen no le hace falta para ofrecernos una hermosa estampa sevillana. Y para más deleite de los cofrades, va acompañado de la imagen e Ntra Sra de la Antigua, obra de Emilio Pizarro en 1904. La imagen muestra a la virgen rota por el llanto y el dolor que supone el hecho de ver a su hijo en el madero. Es un cristo que como se suele decir en Sevilla, hay que verlo desde un balcón, y eso es porque desde las alturas, es cuando podemos ver como sus ojos conectan con los nuestros, y vemos que parece que nos habla, otro momento mágico que nos brinda la semana grande.

Ambas imágenes se posan sobre un paso de estilo gótico, poco común en la semana santa de Sevilla. En el canasto podemos ver representaciones de la pasión de Jesús, en gran tamaño, como si de lienzos se tratara. Vemos también que el diseño es diferente al resto de misterios, con rasgos típicos de la corriente artística que representa. La iluminación está llevada a cabo por cuatro candelabros de guardabrisas también de estilo gótico. El exorno floral no suele cambiar, y está formado por claveles rojos, la flor de la Semana Santa. Todo esto compone una preciosa imagen en la tarde de Martes Santo, y para más auge, el paso va acompañado de música de capilla, el toque perfecto y el acompañamiento necesario para poder entender lo que expresa esta imagen, este paso, y lo que quiere transmitir la hermandad, humildez, sencillez y belleza, sensaciones que podemos ver y sentir al ver este Cristo, este paso y esta hermandad por las calles de Sevilla.

Aquí vemos la talla completa de la imagen

















Aquí vemos los detalles de su paso de estilo gótico














Aquí lo vemos al completo, acompañado de la Virgen de la Antigua










Aquí lo vemos de noche a los pies de la Giralda


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