La túnica del Nazareno


Como si de una invasión se tratase, las calles de Sevilla se llenan de multitud de cortejos de Nazarenos que mediante su penitencia, portan los cirios que se encargarán de iluminar el camino de las imágenes a las que acompañan. Así es Sevilla en primavera, calles estrechas plagadas de gente que ansían ver los capirotes y antifaces de los nazarenos que indican la ruta de pasión que sus hermandades tomarán por Sevilla. Resulta imposible imaginar una Semana Santa sin esas sensaciones que se despiertan cuando vemos ante nosotros una Cruz de Guía avanzando, una insignia que precede a una hilera de nazarenos, acompañados siempre por esos interminables cirios, sin los cuales esta semana carecería de mucho sentido. Los nazarenos forman parte de la esencia de la Semana Santa, y reflejan de la mejor manera posible como se siente la pasión, porque la penitencia es el mayor actor posible de compromiso con una hermandad, y el hecho de acompañar a una imagen con túnica, antifaz y cirio en mano, significa uno de los mayores signos de devoción, sentimiento y pasión que una persona puede expresar hacia una imagen. Dentro de este mundo del nazareno, vemos que en Sevilla, durante esta época primaveral, las calles se llenan de nazarenos que tienen un mismo objetivo, y una misma pasión, pero son nazarenos que a pesar de esto tienen sus diferentes formas de acompañar a sus imágenes según las hermandades a las que acompañen, es aquí cuando hablamos de las nazarenos de negro o nazarenos de capa, dependiendo del tipo de hábito que sus hermandades escojan para la salida procesional. Hoy en Arte de Pasión, hablaremos sobre los diferentes tipos de cortejos de nazarenos que podemos ver por las calles de Sevilla durante la Semana Grande.


El primer tipo de nazarenos de los que hablaremos son los de negro, pertenecientes a las conocidas como hermandades de negro. Este tipo de hermandes son sin duda pura esencia y estilo clásico como se suele decir de la Semana Santa. Estas hermandades de negro, hacen del rigor penitencial y la compostura señas de identidad propia, además sus características principales son las túnicas (a veces con cola) y antifaces negros de ruán, sus cinturones de esparto, manos sin guantes, los capirotes de entre 1'10 y 1'30 metros y la forma cuadril de coger los cirios, sostenidos en la cintura. Otra característica es que suelen acompañar a pasos sin música, el caso de las hermandades de silencio, aunque no siempre es así. El orden, la compostura, el rigor y el carácter estricto a la hora de procesionar por las calles hacen que las hermandades de negro sean un ejemplo para todos los cortejos penitenciarios. En Sevilla, las hermandades consideradas de negro son, por orden de salida, El Amor, Vera Cruz, Las penas de San Vicente, El Museo (solo los tramos de Cristo), Los Javieres, Los Estudiantes, Santa Cruz, Cristo de Burgos, Pasión, El Silencio, El Gran Poder, El Calvario y San Isidoro. Otras hermandades como Santa Marta o Los Servitas también se podrían considerar como hermandades de negro, aunque no usen el cinturón de esparto característico de estos cortejos. Son sin duda hermandades que llaman la atención, y se hace algo mágico el apreciarlas cuando llega la noche, y la única luz que se aprecia es la de los cirios en alto de estos nazarenos de negro.

El otro tipo de nazarenos que podemos apreciar por las calles de Sevilla son los de capa, las conocidos como hermandades de capa. En tipo de hermandades sus nazarenos muestran modernidad y evolución en su manera de vestir y en las ropas que utilizan, ya que las diferentes hermandades que optan por esta modalidad, han ido variando sus ropas con el paso del tiempo, y la mayoría de hermandades que se han ido sumando a la nómina de Carrera Oficial en los últimos años no dudan en dar un toque colorido a sus conjuntos de salida. La introducción de las capas en las ropas de nazareno fueron una invención de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, siendo la hermandad de la Macarena la pionera en lucirlas en salida procesional. Este tipo de hermandades de capa se caracterizan por un cierto relajo procesional, sobre todo en comparación con las hermandades de negro. Suelen ser hermandades de un toque más alegre en comparación con las anteriores, y se caracterizan por tener colores variados (aunque suele predominar el blanco), usar cíngulo en lugar del cinturón de esparto, las túnicas con botonadura, acompañar a pasos con acompañamiento musical, aunque no siempre, capirotes de unos 90 cm, llevar el cirio apoyado en el suelo, manos cubiertas con guantes y como es lógico, llevar capa. Las hermandades de capa de Sevilla son las de Jesús Despojado, La Paz, La Hiniesta (solo tramos de palio), San Roque, La Estrella, San Pablo, Santa Genoveva, El Museo (tramos de palio), El Cerro, San Esteban, San Benito, El Carmen Doloroso, La Sed, San Bernardo, La Lanzada, Los Panaderos, Las Cigarreras, Montesión, Quinta Angustia, La Macarena, Esperanza de Triana, Los Gitanos, El Cachorro, La Mortaja, La Trinidad, El santo entierro y El Resucitado. Algunas de ellas suelen tener un traje de diferente color para los tramos de cristo y palio.

El resto de hermandades cuyo traje de salida procesional no se encuentra ni entre los nazarenos de negro ni de capa, están en una especie de tipo intermedio. En este tipo, se mezclan elementos de los anteriores conjuntos, como el cinturón de esparto con la túnica o el antifaz colorido, la ausencia de capa con túnicas coloridas y cíngulo, o acompañar a pasos en silencio o con música, entre otras. Cada uno de los ropajes de estas hermandades tiene características de ambos estilos, por lo que las denominaremos como hermandades de tipo intermedio. Las hermandades denominadas de tipo intermedio en Sevilla son por tanto, las hermandades de La Borriquita (hermandad del Amor), La Cena, La Hiniesta (tramos de cristo), La Amargura, Redención, San Gonzalo, Las Aguas, La Candelaria, El Dulce Nombre (la bofetá), El Buen Fin, El Baratillo, Siete Palabras, Los Negritos, Exaltación, El Valle, La Carretería, San Buenaventura, La O, Montserrat, El Sol y la Soledad de San Lorenzo. Son túnicas que surgen de la mezcla de los dos anteriores modelos.

Todas estas características componen los diferentes tipos de nazarenos que podemos ver en Sevilla durante la Semana Santa, tipos diferentes, pero dignos de apreciar, porque a pesar de vestir diferente o trasmitir diferentes sensaciones, los tres estilos persiguen el mismo objetivo, poder iluminar y allanar el camino a las imágenes que acompañan, algo que se demuestra mediante la estación de penitencia que los hermanos nazarenos realizan con sus hermandades hasta la Santa Iglesia Catedral de Sevilla. Y algo para lo que poco importa el color de la túnica o el antifaz, la presencia o no de capa, sino más bien la pasión y devoción que se procese a las imágenes. Y así es como visten los nazarenos de Sevilla, con diferentes estilos, pero guardando la esencia de esta festividad, que es esta tan antigua tradición de enfundarse la túnica de una hermandad y salir a caminar cirio en mano por las calles de Sevilla.


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